La historia basquetbolística de Ruben Petralli en tierras lanusenses comenzó a escribirse allá por el año 1957, cuando un grupo de dirigentes encabezados por Juan Montani y Celestino Golzio se encargaron de convencerlo de que se incorporara al plantel que estaba empezando a delinear el profesor Jorge Borau.
Rubén, la joya surgida de Leña y Leña, un pequeño club que supo destacarse en los torneos organizados por la asociación rosarina en la década del ´50, era un jugador distinto para la época. Su admirable capacidad atlética y su enorme talento rápidamente lo hicieron sobresalir, mientras que, a su vez catapultaba a su equipo a los primeros planos del basquetbol santafesino.
Su primera gran aparición a nivel nacional fue en 1954, cuando con tan solo 17 años formó parte del seleccionado provincial de mayores que conquistó el segundo puesto en el campeonato argentino disputado en Córdoba. Sin embargo, su actuación consagratoria se produciría meses más tarde con el seleccionado de Santa Fe que obtendría, de manera invicta, el título de campeón argentino de la categoría cadetes. Allí compartió vestuarios con los mejores proyectos de su provincia, entre los que se encontraban el tucumano Julio Ponce Aragón, que años más tarde también se sumaría al plantel "Granate" y el "húngaro" Ricardo Crespi.
El gran salto al basquetbol capitalino lo dio en 1955, cuando Boca Juniors lo incorporó para terminar de conformar un tridente de oro, junto a otros dos coterráneos: el rosarino Bernardo Schime y el rufinense Enrique Borda. Pero su paso por la entidad xeneize terminaría siendo fugaz y apenas dos años después se transformaría, junto a Alfredo Murillas y Augusto Martínez, en una de las incorporaciones estrella del conjunto comandado por Borau. Su debut con la camiseta granate se produjo el 9 de mayo de 1957, cuando Lanús derrotó, en el gimnasio de Boca Juniors, a Barracas Central por 36 a 33.
A partir de ese día, Ruben Petralli comenzó a desandar un camino de ensueño. Su tiro de media distancia, su gran panorama de cancha y sus dotes de gran defensor, lo convirtieron en uno de los pilares del equipo que, un año más tarde, conquistaría el primer título de la historia granate, luego de vencer en aquella recordada final a Sportivo Alsina en el mítico estadio Luna Park.
Su carrera en Lanús se extendió por cinco años y hasta el día de hoy es recordado, junto a Freddy Murillas, Lepe Guitart y Runcho Prato, no solo como una gran figura, sino también como uno de los mejores jugadores provenientes del interior del país que vistieron la camiseta granate.
Autor: JAF (Leyendas Granates)
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