La suma de todos los esfuerzos


Si bien la épica victoria ante Obras Sanitarias, en Núñez, quedó grabada en nuestras memorias como el momento clave para la conquista del Torneo Metropolitano de 1976, hubo, días después, un partido que terminaría siendo definitorio para las aspiraciones "Granates". Y ese fue ante el "Lobo" Platense.

Ese año Gimnasia había puesto toda la carne en el asador a la hora de armar el plantel. La idea de los platenses era quedarse con el título y para eso  habían sumado hombres de peso y de gran jerarquía internacional. Tanto era así que, antes de que se iniciase la competencia, era considerado por la prensa capitalina como el otro gran favorito junto a Obras Sanitarias.

Lo cierto es que Lanús llegaba con el ánimo por las nubes, luego de hacer una segunda ronda de ensueño, en la que había barrido a cuanto adversario se le había cruzado. Ferro, River, Boca, Racing y hasta el mismísimo Obras habían caído ante las huestes del "Gallego". Pero este era "el partido" y por lo tanto fue jugado como una verdadera final; a cancha llena desde horas muy tempranas y, con el corazón en la mano. El "Lobo", como era de esperar, peleó hasta el último segundo. Era lógico, los tipos llegaban primeros y estaban dispuestos a vender cara la derrota ante su último gran escollo rumbo a la gloria.

Y vaya si hubo que esperar para que se diera vuelta la taba. A pura garra, a puro corazón y con mucho fuego, adentro y afuera de la cancha también, o sea bien "a lo Lanús", se consiguió una victoria de oro (69-65) y a partir de ahí las ilusiones de miles de  "Granates" comenzaron a transformarse en realidad.

Ese día los muchachos del "Gallego" sintieron que, esta vez, el campeonato no se escapaba. Y este partido terminó transformándose en una leyenda, de esos que valen oro. Lo que vino después fue un torbellino indetenible que nos elevó hasta lo más alto. El hambre de gloria de los muchachos enfundados en la "Granate" creció día a día, tanto como la locura de sus hinchas que repletaron cuanto gimnasio visitaron. Finalmente, la suma de todos los esfuerzos dio sus frutos. 

Esta vez no sería necesaria una final, el título quedaría en casa. Fue la culminación de un año histórico en la vida institucional del "Grana". Un año de alegrías infinitas. Un año que quedaría para siempre en el corazón de todos nosotros.

Autor: JF (Leyendas Granates)

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