Coronados de Gloria

La historia de la definición del Torneo Oficial de la Asociación de Basquetbol del año 1958, no es una más en la vida del deporte lanusense. El solo hecho de que por primera vez, se enfrentaran los equipos representativos de dos populosas barriadas de la zona sur del Gran Buenos Aires la habían transformado en algo inédito y, para algunos, inesperado. Para el conjunto "granate" y su gente tampoco se trataba de un acontecimiento más. Era el premio a veintiocho años de trabajo mancomunado y a la valentía de haberse animado a luchar contra viento y marea. Era la gran oportunidad de sumar la primera estrella y de transformar el realidad el sueño de los pioneros.

Lanús llegó a la gran definición contra todos los pronósticos, que como siempre, vaticinaban una nueva final entre dos de los equipos denominados grandes del fútbol. Lo cierto es que el conjunto del profesor Jorge Borau no venía precedido de buenos antecedentes, su rendimiento en la etapa preparatoria no había sido muy convincente. Un sexto puesto en el Torneo Apertura y una floja actuación en la Copa Independiente no animaban a soñar demasiado. Había grandes individualidades, faltaba trabajo colectivo. 

En la fase previa del Torneo Oficial el equipo volvió a funcionar a medias. Las dificultades para ganar fuera de casa pusieron en riesgo la clasificación (1-6), pero la estupenda campaña realizada como local (7-0) equilibró la balanza y con lo justo pudo alcanzar la clasificación. Para la ronda final se esperaba una señal que invitara a soñar, pero la realidad marcaba que las dudas le ganaban a las certezas. 

Sin embargo, ni bien la "naranja" fue al aire el equipo dio un vuelco notable. En el inicio, el “Grana” produjo el mayor impacto del torneo al vencer con contundencia a Boca Juniors 68-51. Con Murillas (22) y Lara (21) como principales vías de gol. Luego, en otra gran demostración aplastó a Sportivo Alsina (61-44), pero en la tercera jornada jugó por debajo de su nivel y cuando finalizaba el primer tiempo se produjo una gresca descomunal que obligó a los árbitros a suspender el juego con el marcador 40-25 en contra. Días más tarde, el tribunal falló a favor de los de Boedo. El golpe fue duro, pero en la siguiente jornada el equipo demostró tener carácter y superó sin dejar dudas a Pedro Echagüe por 77-63. Una vez más fue clave el aporte de Murillas (31) y Lara (18). 

Los muchachos de Borau llegaron al último encuentro confiados en sus fuerzas. River era un rival de cuidado. Sin embargo, de entrada el equipo tomó el control del partido con un juego veloz y efectivo y, con la enorme contribución ofensiva de Murillas (25), Lara (23) y Ponce Aragón (14) terminó conquistando un triunfo histórico (85-75), que le garantizaba el primer puesto. Pero como en la última fecha Sportivo Alsina también consiguió derrotar a los "Millonarios" hubo que jugar una final para dirimir quien se quedaría con el título. 

La gran final se jugó el 25 de noviembre ante un estadio Luna Park colmado. Esa noche, el destino le tenía reservada otra sorpresa al "grana". Julio Ponce de Aragón, uno de los hombres clave del equipo, había sido dado de baja del servicio militar y, por lo tanto, no iba a poder jugar. Su lugar fue ocupado por el guerrero Antonio  Decara. El primer tiempo estuvo signado por el nerviosismo. A Lanús no le salió nada. Estuvo errático, impreciso. Alsina en cambio, se acomodó más rápido y se llevó el primer tiempo (21-26). 

En los vestuarios, Borau entendió que debía modificar el plan inicial y ordenó una ofensiva más agresiva, con la clara intención de desgastar al rival. Algo que recién comenzó a dar resultado cuando faltaban 10 minutos para el final y la desventaja pasó a ser de solo un doble (39-41). A partir de ese momento arrancó un nuevo partido. Alsina resistió, como pudo la embestida “Granate”, pero el cansancio y la acumulación de faltas personales le jugaron en contra. Con mayor resto físico, Lanús lentamente lo fue acorralando y a falta de 20 segundos para el epílogo se produjo el quiebre. Dos genialidades de Alfredo Murillas, que nunca había dejado de creer en la victoria, le dieron un vuelco dramático a la historia y cuanto la copa parecía tener como destino Valentín Alsina, cambió de rumbo y viajó rumbo a Lanús Este (58-54). 

En ese instante el Luna Park "explotó" y la locura se adueño de todo. La alegría fue tan incontenible, que jugadores e hinchas volvieron festejando juntos por la Avenida 9 de Julio. No era para menos. Luego, como era de esperar, el festejo se extendió a las calles de Lanús hasta altas horas de la noche. 
El plantel campeón estuvo integrado por: Antonio Decara, Rubén Petrali, Freddy Murillas, Julio Ponce Aragón, Augusto Martínez, Horacio Lara, Carlos Ávila, Horacio Sein, Jorge Ghiglione, Miguel Agesta, Carlos Oltman y Alberto Oleico. El Director Técnico fue el Profesor Jorge Borau.

De esa forma el "Granate" del sur escribía su primer página dorada en la historia del basquetbol nacional. Era la primera estrella de una constelación que en un futuro cercano se ampliaría mucho más.

Autor: Jorge Freire (Leyendas Granates del Basquet) 

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Así se escribía la historia del basketball granate , y esa noche con con " MARAVILLA " encendido !!
Y después tuvimos ciclos de oro ,que tuve la dicha de compartir.
Gracias basketball granate por todo lo que me hiciste vivir.
Hasta algún día MARAVILLA !!
Leyendas Granates del Basquet ha dicho que…
Asi es Carlos. Gracias por comentar Un abrazo fuerte !